Fists of Glory

9 12 2010

Ya el pasado 15 de Noviembre comentamos en un artículo como ejemplo de pegada, la que tienen los demoledores puños de Manny Pacquio, la sensación pugilística mundial del momento. Y no eran exageradas nuestras comparaciones con los oros de Phelps o los Tours de Lance Armstrong en cuanto al significado de sus gestas. Nadie en la historia del boxeo ha sido capaz de hacer lo que él está haciendo. Literalmente. Los que alguna vez se hayan visto envueltos en peleas conocerán sobradamente la importancia del tamaño en las mismas. Un luchador más grande siempre tendrá una ventaja casi decisiva sobre otro más pequeño. Históricamente, los grandes campeones del boxeo, al conseguir sus cinturones mundiales en categorías pequeñas, se han decidido a ganar peso para intentar el asalto a categorías mayores. Es el camino lógico si quieres enfrentarte a nuevos retos, pues un luchador solo puede jugar con su masa muscular (peso) ganándola, nunca perdiéndola, obviamente. Pues bien, todos los grandes campeones de la historia del boxeo que lo han intentado han fracasado. Hasta ahora. Pacquiao ha conseguido dar ese salto superlativo en 7 ocasiones consecutivas, asombrando a la afición pugilística mundial cada vez un poco más en cada nuevo logro. Este pequeño filipino de 1’69 de estatura nació con un don. Él no tiene manos. Tiene dos martillos pilones que destrozan a sus oponentes sin remisión. Y también posee una inteligencia competitiva en el combate muy superior a la de sus adversarios. Siempre sabe como llevar los combates a su terreno.

Pacquiao tiene muchos apodos: el Destructor, the Mexicutioner (Ejecutor de mexicanos, debido a que ha tirado a la lona a cuanto campeón de esta nacionalidad se le ha puesto enfrente), pero los dos que más le caracterizan son: uno es Pacman, debido al comienzo de su nombre, coincidente con el clásico videojuego de comecocos. Y eso es lo que hace Manny: se come con patatas a cualquier coco que le pongan enfrente, por muy grande que sea, Pacman lo deglute como un fantasmita que huye despavorido cuando nuestro héroe está on fire. Y el otro, El campeón del pueblo. Es difícil hacer entender al neófito, hasta qué punto Pacquiao es venerado en su tierra natal. Si los filipinos no fueran tan temerosos de dios y piadosos, estaría por asegurar que para ellos Manny Pacquiao es Dios. Literalmente. Imagínense, a un país acostumbrado a pasar totalmente desapercibido en la escena deportiva internacional, de repente le «nace» un Schumacher, un Jordan, un Federer. Imagínenselo si pueden. Pacquiao y el orgullo de Filipinas son la misma jodida cosa. Él aparece en videojuegos, hay una película sobre su vida, que arrasó taquillas. Incluso se comenta la posibilidad de que filme una película con el mítico Sylvester Stallone. Por supuesto,  a parte de actor de series y películas, es el hombre anuncio:  detergentes, medicinas, alimentos, ropa, telecomunicacionesy todo lo que ustedes se quieran imaginar. Hasta en la sopa, vamos. Otra sorpresa: Pacquiao es cantante. Sacó un disco en 2006, al más puro estilo Jesulín. Hoy en día no hay como ser una celebridad, amigos. Puedes hacer todo lo que quieras, como si llevaras Támpax, vamos. Incluso se atreve con la política. ¿Y por qué no? La gente lo adora. Así que Pacquiao también es diputado electo en el Congreso de Filipinas por su distrito. ¿Se imaginan a Rafa Nadal en el parlamento español? ¿Y a Poli Díaz? Manny se presentó al cargo por primera vez en 2007. Y perdió. Su rival de entonces declaró: «más que nada, creo que la gente no estaba preparada para perderlo como su icono del boxeo», apuntando a que una parte de los electores temían que un Pacquiao político se retirara de los cuadriláteros, y optaron por votar a su oponente. Entre algunos fans del púgil fue una derrota celebrada. Pero volvió a optar al cargo este año, y consiguió una victoria arrolladora, derrotando a un rico y políticamente bien relacionado clan caciquil de la provincia; con su victoria terminó el reinado del clan en un feudo cuyo poder habían detentado por más de 30 años.

Tras conseguir el cinturón de campeón en superwelter, los aficionados ya se relamen pensando en la posibilidad de que el fenómeno asiático pruebe el más difícil todavía,y se atreva a subir a cotas nunca antes vislumbradas: de 154 a las 160 libras del Peso Medio. Y esto en un tipo que empezó poniendo peso en sus bolsillos para alcanzar las 105 libras que le permitiera superar el límite mínimo y participar en la menor de las categorias del boxeo. Im-pre-sio-nan-te. Pero lo que más excita a los aficionados es que entre los «morlacos» que le esperan en el peso Medio está el gran campeón del peso, otra de las sensaciones del boxeo moderno: Sergio «Maravilla» Martinez. La sensación argentina, que ya dio el salto este año de campeón de superwelter a campeón del medio, está dispuesto a enfrentarse a Pacman, y de hecho, ya calienta el posible combate con declaraciones provocadoras, tan típicas en el mundo del boxeo clásico: «Pacquiao es muy pequeño para mí». Y deja caer que incluso estaría dispuesto a perder peso para concederle a Pacquiao la ventaja de enfrentarse en el peso superwelter. ¿Será el 2011 el año que verá a estos dos titanes enfrentados en un ring? A juzgar por las declaraciones de su entrenador,pParece que el filipino no tiene ningún miedo a afrontar el reto, y sería sin lugar a dudas el combate más emocionante que se puede ver en la actualidad. Permanezcan atentos a sus pantallas. Se boxea.

Damas y caballeros, si aún no conocen a este fenómeno de la Naturaleza, esta ametralladora humana, les regalo este impresionante video. Que lo disfruten: