La liga española es una mierda

24 05 2011

Messi, Cristiano Ronaldo, Xavi, Iniesta, Ozil, Casillas, Valdes, Kun Agüero, Mata, Llorente, Piqué, Alves, Carvalho, Marcelo, Xabi Alonso, Villa, Pedro, Di María, Higuaín, Busquets, Benzema…

Una colección de estrellas entre las que se encuentran los mejores jugadores del mundo en la actualidad, y con las que uno creería que una liga nacional debe ser considerada ampliamente como la mejor liga del mundo. Y sin embargo yo no tengo esa sensación. La liga española me parece una basurilla, comparada con otras como la inglesa, por ejemplo. ¿Por qué? Hagamos un repaso:

Zaragoza-Getafe: Lanzamiento de varios balones para interrumpir el juego en los últimos minutos del partido cuando el equipo de casa llevaba un gol de ventaja en el marcador; hay testimonio gráfico de que al menos uno de los balones salió del banquillo del equipo local. Sanción: 600 euros de multa para el Zaragoza.

Sevilla-Villareal: a la vista de que la infracción sale tan barata, este fenómeno volvió a producirse en el Pizjuán. En este caso los tira-balones fueron los recogepelotas del Sevilla. Una vergüenza, pero no la primera protagonizada por estos «chavales» tan majos y tan sevillistas, que ya son famosos por actuar bajo consigna de demorar al máximo la devolución de un balón cuando su equipo va ganando (cuando va perdiendo no pasa ni un segundo cuando hay un nuevo balón en el terreno de juego). La mente maestra de estás marrullerías es el delegado de campo del Sevilla, Cristobal Soria, personaje siniestro donde los haya, pero que cuenta con el apoyo del presidente del club y presunto delincuente, José María del Nido. Lo malo es que parece estar cundiendo el ejemplo en otros campos de España.

-El estado económico calamitoso de los clubes españoles. Sus números no son rojos, son infrarrojos. Lo malo es que socialmente desde las instituciones se les permite mantener semejante nivel de endeudamiento, debiendo dinero a jugadores y otros trabajadores de los clubes en cantidades obscenas. De hecho, de todos los equipos en primera y segunda división, solamente cinco están al día en cuanto a pago de nóminas a sus jugadores. ¡5 de 42! Esto es un cachondeo. En otros países más serios ya se les habría obligado a pagar lo que deben, o habrían tenido que desaparecer.

-Los graves casos de racismo en los estadios de nuestro fútbols, que se multiplican año a año. Ya os hemos hablado de ellos en entradas anteriores, por ejemplo a propósito de los canticos xenófobos que recibió Marcelo en el Calderón, aunque ése no ha sido el único caso ni mucho menos. Ha habido más jugadores negros han sido insultados por su condición de tal en el terreno de juego. Lo peor de todo, es que no parecemos darle importancia a algo tan grave y que nos está dejando en tan mal lugar frente al resto del mundo.

-La esperpéntica pantomima del intento de «huelga» (más bien un paro empresarial) de los clubes para presionar a la hora de recibir más dinero de la LFP y las televisiones y suprimir el partido en abierto de los sábados. Estoy de acuerdo en que se debería repartir más equitativamente el dinero de los derechos televisivos, y que actualmente Real Madrid y F. C. Barcelona reciben demasiado, pero todo esto debe venir de una reflexión serena y profunda y un debate de todos los estamentos futbolísticos ANTES de comenzar la temporada y sin pretender perjudicar un calendario de competición que ya de por sí está cogido con alfileres.

-Unos horarios bochornosos: no es de recibo que en un país civilizado se jueguen partidos a las 9.30 y a las 10 pm. Se está dejando a toda una generación de niños sin poder ver los partidos, u obligándoles a trasnochar, perjudicando gravemente sus hábitos de sueño. Nuestro liga debería programar más partidos a mediodía y a las 3 de la tarde como en Inglaterra, lo cual además ayudaría a que los partidos de La Liga fueran mucho más seguidos en países que hoy en día son lo que representan el mayor auge económico en el seguimiento del balompié, como en Extremo Oriente (China, Japón, etc.). Hay que ser inteligentes.

-La total y absoluta falta de respeto a la competición que mostró el F. C. Barcelona al llegar tarde a su partido ante el Osasuna, lo que hizo que el comienzo del partido se retrasara 45 minutos. No solo eso, sino que en las horas previas el Barcelona presionó a la LFP para que el partido fuera aplazado al domingo, como si por llamarte X tuvieras derecho como club a cambiar a tu antojo fecha y hora de partidos oficiales a tu conveniencia, cuando has sido TÚ el culpable de no poder estar presente en el momento y lugar determinado para el encuentro. Si ésta fuera una liga seria se debería haber sancionado al club catalán, y haberle dado el partido por perdido. Pero parece que aún seguimos viviendo en el país de la charanga y la pandereta.

-El «bipartidismo» galopante que estamos sufriendo en nuestra liga. Nos hemos convertido en la liga escocesa, con dos grandes tumores cancerosos llamados F.C. Barcelona y Real Madrid, que consumen y fagocitan todas las atenciones, energías y pasiones de nuestro fútbol. Es un empobrecimiento lamentable de la competición. 18 equipos empiezan la temporada sabiendo que lo máximo a lo que podrán aspirar es a ser terceros. Nunca antes había visto esto y me da mucha pena. Soy madridista de corazón, pero antes preferiría que mi equipo y su «eterno rival» tuvieran menos posibilidades de brillar en la Champions League, si por contra pudiera disfrutar de una competición nacional de Liga más igualada, con más alternativas, con grandes estrellas mundiales no solo en 2 o 3 equipos, sino en 10 o 12, como ocurría antaño. Aún recuerdo aquellos tiempos en que el Tenerife tenía a Pizzi, el Valencia a Mijatovic, el Depor a Bebeto, Mauro Silva, Djukic y Donato, el Valladolid a Peternac, el Sporting a Julio Salinas, el Español a Raducioiu y Pochettino, el Oviedo a Onopko, la Real a Meho Kodro, el Celta a Gudelj, el Sevilla  a Suker, el Atlético a Penev, Caminero, Pantic , Simeone y Molina, el Zaragoza a Esnáider, Belsué y Poyet,  el Betis a Cuéllar y Vidakovic, el Compos a Ohen, el Albacete a Zalazar, el Athletic a Julen Guerrero… Y así podría estar hasta pasado mañana. En aquellos tiempos podías sentarte a ver cualquier partido de primera, aunque no fuera uno de tu equipo, aunque fueran dos equipos de la parte baja de la tabla, y sabías que ibas a ver a unos cuantos jugadores de gran calidad en cada equipo. Jugadores emblema que le daban a cada equipo un carácter distintivo que hacía la liga más interesante y emocionante. Te involucrabas más. En fin, amigos, comparad aquello con lo que hay ahora, y me diréis la diferencia.

Por todo esto y otras cosas que seguro se me escapan de la memoria ahora mismo, la Liga BBVA se me ha quedado muy deshinchada y falta de interés, más allá de la «carrera de obstáculos» en que se enzarzan Barça y Madrid cada temporada. Y no creo ser el único que se sienta así.





Historias de Enric

21 02 2011

El Universo quizá no tenga sentido, pero, por momentos, puede llegar a ser un lugar que merece la pena. Saborear el retrogusto amargo de un negroni bajo un radiante sol de invierno en la terraza de alguna piazza romana debe ser alguno de ellos. Como también puede serlo deleitarse con los trazos fulgurantes que Totti y Cassano, que buen pudieran ser Picasso y Brancusi, dibujaban sobre el Olímpico de Roma. Los caminos del arte son inescrutables. Enric González, corresponsal en varias de las capitales del mundo, columnista ocasional de la sección de deportes, bebedor apasionado de daiquiris y cócteles de champán, nos muestra algunos de ellos en Historias del Calcio, una aproximación a Italia desde su juego más amado.

Historias del Calcio es algo más que una colección de artículos sobre el estado de forma de la Vieja Señora turinesa de la todopoderosa familia Agnelli, la interminable lista de disparatados fichajes de Massimo Moratti o el declive del equipo del Cavaliere. Es sobre todo un mapa del alma de ese país tan complicado y fascinante que es Italia. Y es también una reivindicación del orgullo de pertenencia de quienes podemos ver arte en los movimientos de un puñado de multimillonarios, muchas veces insolentes y consentidos. En cualquier caso, tras finalizar el libro, el lector distinguirá perfectamente la diferencia entre un aficionado de la SS (Società Sportiva, entiéndaseme) Lazio y otro del Livorno.

Pero, de Historias como las de Enric, se podrían contar también aquí unas cuantas. Por ejemplo la de Aranzubía y su equipo el Deportivo de La Coruña. Hubo un tiempo, no muy lejano, en que equipos como el Depor, el Celta, el Valencia o incluso el Alavés, eran capaces de romper el tradicional maniqueísmo Madrid – Barça y pelear por los campeonatos, hasta que el maná de las televisiones y el ladrillo se secara. Pero esa ya es otra historia. La de hoy habla del equipo de una pequeña ciudad del norte que en la década de los noventa se plantó en la élite del fúbol español sin mucha más presencia en los puestos de honor que la que le dió Juan Acuña, cuatro veces Zamora, en los años cuarenta. Aquel equipo confeccionado en su mayoría con veteranos retales de otros equipos de Primera (López Rekarte, Voro, Nando, Donato, Aldana o Claudio tenían ya una larga hoja de servicios) pronto llegó a ser uno de los más queridos de España, amor unido a su carácter humilde y, sobre todo, a la fatalidad. Nunca una Liga estuvo más en el aire que la ganada por una de las mejores versiones del Barça en el 94. La gloria tocando a la puerta del pesimista. Pero Djukic falló aquel penalty y La Coruña lloró desconsoladamente.

De aquellas lágrimas sin embargo renació, tras un par de años post-Arsenio Iglesias en los que no supo muy bien si iba o si volvía, el Deportivo en una versión mejorada de sí mismo que, de la mano de algunos excelentes jugadores como Mauro Silva, Djalminha, Valerón, Tristán o el eterno Fran, consiguió finalmente ganar la Liga (solo San Sebastián ha tenido un campeón de Liga con menor población) y pasear su nombre por Europa. Pero de nuevo el fútbol era injusto con un Deportivo que veía como era su vecino gallego el Celta de Vigo de Víctor Fernández el que era unánimemente reconocido y considerado como el equipo que mejor fútbol jugaba en España. Lo cierto es que fue el Depor de Jabo quién profanó varios santuarios europeos (Old Trafford, Highbury, el Olímpico de Munich, San Siro, Delle Alpi) dejando varios de los momentos más felices del fútbol español en Europa en el pasado decenio.

Ninguno de ellos fue comparable al vivido la tarde del 7 de abril de 2004, tarde de Jueves Santo, que constituyó la cúspide de aquel equipo. El Depor recibía al imparable Milan que le había vapuleado en el partido de ida, campeón vigente y, una vez eliminado contra todo pronóstico la tarde anterior el Real Madrid en Mónaco, máximo favorito con un equipo que contaba con la madurez de Maldini, la plenitud de Shevchenko y Seedorf y la pujanza de Pirlo y Kaká. Nadie contaba con las meigas. El Deportivo remontó el 4-1 de la ida y se plantó en las semifinales donde estaba la fatalidad esperando su momento. Un error del central (esta vez Andrade), la pizarra de un semidesconocido Mourinho y el mando de Deco apartaron al Depor de la que hubiera podido ser su Copa de Europa.

Ése fue el final de aquella bella historia escrita por el Deportivo de La Coruña, una historia que duró poco más de diez años. Desde entonces, los contratos a la baja con las televisiones, las lesiones de Valerón o la retirada de algunos de sus jugadores más determinantes, devolvieron al Depor a un lugar mucho más modesto, acaso más acorde con su historia, perdiéndolo en las partes bajas de las clasificaciones e incluso flirteando en ocasiones con el descenso.

Ayer, un cabezazo de Aranzubía, el portero que se alternaba la titularidad con Casillas en las categorías inferiores de la selección española, devolvió por unos momentos al Deportivo al lugar de la noticia. Nunca antes un portero había marcado un gol de jugada en la Liga española. Ni siquiera Juan Acuña, el legendario portero del Deportivo. Es la jugada arquetípica de la agonía: partido perdido, amenaza de descenso, minuto noventa y cuatro y el portero sube a rematar el córner. Sí, algo tan trivial como un gol puede ser uno de esos momentos en los que el Universo, aunque no tenga sentido, pueda llegar a ser un lugar que merece la pena. Estoy seguro que Enric pensará lo mismo.

http://www.youtube.com/watch?v=xNGQm8IwPl8 para los nostálgicos, para la gente del Depor, para todos aquellos que piensen que ésta es la mejor banda de Rock que ha habido en este país. En esta historia hermano, siempre nos toca perder.